ELIGE MADERA Escuelas rurales de gran nivel La arquitectura define más que la forma de un edificio, tiene el poder de influir en las interacciones entre personas, comodidad y calidad de vida, inclusive la forma en que nos desarrollamos y aprendemos, un tremendo aporte a las ciudades y más a las comunidades. La arquitectura define más que la forma de un edificio, tiene el poder de influir en las interacciones entre personas, comodidad y calidad de vida, inclusive la forma en que nos desarrollamos y aprendemos, un tremendo aporte a las ciudades y más a las comunidades. Los centros educacionales son más que un lugar de aprendizaje, son también lugares de encuentro para las comunidades, con múltiples propósitos, por ello, es que en su construcción se debe considerar una mirada integral entre las necesidades educacionales y sociales del territorio. Con esta idea, los estudios de arquitectura y consultoría Duque Motta & AA y MAPAA, participaron del concurso para la edificación de 8 recintos del proyecto Escuelas Rurales de la Araucanía impulsado por MINEDUC, logrando desarrollar 4 de estos. Uno de los recintos fue Escuela Pivadenco, un proyecto ideado como un espacio flexible y adaptable a las necesidades de uso comunitarios, siendo su principal objetivo la educación de los niños de zonas rurales de la comuna de Los Sauces en la región de La Araucanía. El diseño de la escuela integró, además de los requerimientos del Ministerio, esta idea de espacio multipropósito, gracias al estudio y organización del territorio y las necesidades espaciales de la comunidad. Así las aulas, comedor, áreas de circulación, hall de entrada y patio techado se convierten en lugares de encuentro entre vecinos de la comuna. Para la construcción de la escuela rural se utilizó madera, piedra volcánica endémica y revestimientos metálicos, su forma se asocia a antiguos galpones de áreas productivas de la región, y adicionalmente, el espacio cuenta con una plaza abierta a la comunidad, área de juegos y deporte, y un espacio educativo complementario con árboles, frutales y hortalizas nativas que permitan un acercamiento de los niños a las actividades desarrolladas en la comunidad, como son el cultivo y la ganadería. Entre los detalles que hacen único a este lugar, destacan sus portones corredizos que desdibujan los límites de Escuela Pivadenco, que permiten una mejor integración y flexibilidad de uso. Por otra parte, se trabajó en el confort térmico del edificio, como un termorregulador en invierno y verano, consiste en tres elementos: lucernarios: aporta luz natural indirecta en verano y luz solar directa en invierno; muros de hormigón: funcionan como masa térmica para capturar calor en horas de luz, que expulsa durante el resto del día; sistema de ventilación cruzada: este ayuda a bajar significativamente la temperatura interior en épocas calurosas. Cada escuela rural está orientada a la accesibilidad universal, siendo cada una de un solo nivel, con rampas en sus accesos y recorridos sin obstáculos. Escuela Pivadenco reúne características y buenas prácticas que le han significado el reconocimiento del Concurso Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, con el galardón del concurso en la categoría de Equipamiento. El evento destaca proyectos latinoamericanos enfocados en el estudio de la capacidad transformadora de la arquitectura, para cada edición se consideran proyectos realizados durante los cuatro años previos del evento.