La madera es un material transversal a las culturas y generaciones en todo el mundo, es usada con tantos fines que no alcanzaría un artículo para hablar sobre este recurso, por ello nos remitiremos a hablar del arte en madera a través de la perspectiva del artista australiano Paul Kaptein.

Las piezas de madera talladas por Kaptein se podrían describir como surrealistas, atemporales y disruptivas, a menudo semejantes a cuerpos o extremidades humanas. Esta manera de contornear sus figuras se ha convertido en su sello y en su forma de desconectarse de la inmediatez de la era digital.

El artista suele emplear madera de jelutong para sus obras, una especie de árbol abundante en el sudeste asiático, especialmente en Malasia. Con un tono amarillo pálido, esta madera es predilecta para el trabajo manual, a diferencia de otras más duras y comunes, por otra parte, se destaca por su estabilidad, veta recta y textura fina.

 

 

Para realizar sus esculturas, el artista adquiere el material en formato de láminas de madera encolada de 5 centímetros de grosor, que luego une hasta alcanzar un tamaño óptimo para comenzar con el trabajo escultórico. En el proceso de darle forma a la obra, Kaptein usa principalmente cinceles para tallar manualmente y finaliza con una mano de lija para dejar la obra en crudo.

Inmerso en el proceso, Paul busca realizar figuras distorsionadas que resalten la sensación de espacio y vacío en sus obras, con la capacidad de transportar al espectador a un portal hacia el infinito con su arte en madera. Con formas similares a cuerpos y extremidades humanas, Kaptein logra un efecto de movimiento perpetuo en sus esculturas, incorporando entre cinceladas las imperfecciones y detalles de la madera con las que juega en sus diseños. 

En palabras de Paul Kaptein: “los fallos son una interrupción de la continuidad que se convierten en pequeños espacios: portales a través del tiempo. Pueden retroceder y proyectarse hacia adelante, simultáneamente. Estoy sugiriendo que el cuerpo existe dentro de estas paradojas temporales, o paralajes, desplegándose constantemente a través de diferentes trayectorias temporales”.

 

 

La manera en que el artista se desenvuelve con el material converge con su visión de la madera en el espacio tiempo. Su inicio en el mundo del arte en madera surge como un descanso del extenuante estilo de vida hiperconectado, acelerado y efímero, que contrasta con su forma de contemplar la madera como un recurso universal con un sentido histórico o un registro de una vida anterior, representando al pasado, presente y futuro.

El trabajo artesanal con madera implica un proceso que, en palabras del artista, “se niega a ser rápido e inmediato. Es lento”, particularidad que según Kaptein es esencial para obtener un buen resultado. De esta manera, el australiano logra desenvolverse alejado de las banalidades contemporáneas como la satisfacción fugaz e instantánea, y lograr una sensación de permanecer detenido en el tiempo a través del proceso.

La mirada del artista se ve reflejada en su trabajo como una propuesta que invita al espectador a hacer una pausa, detenerse a contemplar y valorar su tiempo. En definitiva, la madera como recurso evidencia que puede verse y usarse desde una infinidad de perspectivas que suelen pasar desapercibidas, así como la apreciación de Paul que consigue abrirnos a panoramas nuevos.

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