La buena noticia es que gracias a una buena gestión colaborativa en la Araucanía (un lugar que combina ambas cosas) ya se encuentran disponibles dos gimnasios para rodear a diversos estudiantes de salud y bienestar, uno se encuentra en la Escuela de Collín y otro en el Liceo de Ciencias de Pitrufquén; el equipo a cargo de su construcción fue la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP), una unidad técnica del estado que tiene por objetivo diseñar, construir y gestionar la infraestructura pública del país. 

La Escuela de Collín, por un lado, fue construida con pino y se caracteriza por tener un diseño en base a marcos y pórticos de ejes radiales con una resistente estructura resultante de la utilización de elementos de madera laminada. En cuanto al Liceo Pitrufquén, éste fue construido en base a pino radiata, con una instalación relativamente sencilla debido a que la estructura venía prefabricada y fue montada una vez ya presente en el lugar, ambas estructuras proporcionan un ambiente cálido, natural, rústico y cómodo para los estudiantes. Para el constructor civil a cargo del proyecto, Víctor Sanhueza, construir con este tipo de materiales entrega ciertas libertades y dejar volar la creatividad, porque, “por ejemplo, permite cubrir grandes espacios sin necesidad de incluir columnas o apoyos intermedios, lo que resulta importante dado los atributos sismo-resistentes de la madera”. 

Por otra parte, integrar este tipo de construcciones en colegios entrega cierta equidad social y acorta la brecha educacional, permitiendo a los estudiantes desenvolverse en un ambiente cómodo y confortable que, además, les permite acercarse un poco más a la naturaleza. Un ejemplo para seguir a lo largo de todo Chile.