Lo que sucede en este remoto lugar de España, en una zona residencial llamada La Valterna, ubicado en el Ecobarrio La Pinada, es que el colegio fue construido de tal manera que se ha convertido en una auténtica obra sustentable; algo que no es menor si mencionamos que es el primer colegio en España que obtiene doble certificación en sostenibilidad: el BREEAM y VERDE.

En cuanto a la estructura y los materiales utilizados, éstos fueron en su mayoría madera y barro cocido por su mínima huella ecológica. El barro cocido se utilizó principalmente en los muros de carga, en las bóvedas de ladrillo macizo y en el pavimento, mientras que la madera se utilizó en la estructura y en el panel de cubierta, cerramientos exteriores como interiores, así como también en la carpintería. De esta manera vemos cómo una edificación basada en su impacto ecológico, logra convertirse en el primer material didáctico que tienen los niños y niñas y en su primera fuente de aprendizaje. 

Gradolí & Sanz Arquitectes fue el estudio que llevó a cabo la construcción del colegio, cuyo enfoque es la arquitectura bioclimática, lo que permitió que la edificación tuviese un casi nulo impacto medioambiental; además, se tuvieron en cuenta factores externos para su construcción, como por ejemplo el barranco que se puede ver a través de las ventanas de las aulas, lo que otorga una panorámica excepcional para la contemplación. Un punto importante si estamos hablamos de un tipo de educación donde no existen las pizarras o la mesa del profesor, sino que todo la atención está puesta en la conexión visual que se genera al estar en contacto con la naturaleza, allí donde el alumno se desarrolla libremente en función de sus propias necesidades e intereses.