ELIGE MADERA Pagoda en Japón, una reliquia de la construcción en madera ¿Pagoda? ¿Has escuchado este término antes? En occidente no es una palabra muy común, pues tiene sus orígenes en Asia, allá en países como Japón, China, India y Vietnam. Ahora bien, una pagoda es un tipo de edificio que tiene varias torres en altura y puestas en varios niveles, generalmente tienen un propósito religioso, usándose como tumbas o lugares de adoración. ¿Pagoda? ¿Has escuchado este término antes? En occidente no es una palabra muy común, pues tiene sus orígenes en Asia, allá en países como Japón, China, India y Vietnam. Ahora bien, una pagoda es un tipo de edificio que tiene varias torres en altura y puestas en varios niveles, generalmente tienen un propósito religioso, usándose como tumbas o lugares de adoración. En Japón, específicamente dentro de la región de Kansai, se encuentra un complejo de templos llamado Horyuji, que significa “templo de la enseñanza de la ley floreciente”, aquí se encuentran los edificios hechos de madera más antiguos del mundo, no por nada es el primer Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En este sitio se ubica, en la zona principal, la Pagoda de madera más antigua de la historia que fue construida alrededor del año 600 DC; ésta tiene cinco pisos y cada uno representa uno de los elementos de la cosmogonía japonesa clásica, es decir, tierra, agua, madera, viento y cielo. Esta construcción sería entonces la primera en construirse en Japón al ser una arquitectura heredada de China, quienes a su vez la adaptaron de las stupas budistas indias. Para los japoneses este lugar representa un tesoro de connotación religiosa, por lo cual se involucran bastante en el mantenimiento y, asimismo, lo cuidan con una gran devoción. Por lo demás, esta Pagoda llama bastante la atención porque, pese a que fue construida con madera, ha resistido un montón de años y ha sobrevivido a los destrozos de la naturaleza; esto tiene su porqué: la Pagoda Horyuji, a diferencia de la construcción moderna, no tiene una carga central, pues se estrecha a medida que se eleva, lo que le entrega bastante estabilidad. Sin duda que vale la pena conocer el complejo Horyuji: encontrarse con un pedazo latente de historia, pasajes místicos, la calma de un Japón escondido y misterioso. Un recorrido de antigüedades que nos harán repensar la manera en que vemos la construcción moderna.