Pero si bien este proyecto tiene el desafío de restaurar 340 mil hectáreas aproximadamente en la comuna de Tirúa, también tiene el propósito de generar nuevas oportunidades para las familias que habitan el lugar. Por esto, la creación de 19 viveros comunitarios para restaurar las riberas del lago ha permitido implementar 150 puestos de trabajo, los cuales están ocupados por mujeres en un 95%; esto sumado a otro tipo de trabajos indirectos como de transporte o alimentación, que serán ocupados por otras 50 personas. Además, se realizaron alianzas en conjunto con la Corporación Industrial para el Desarrollo Regional del Bíobío (CIDERE) y la Universidad del Desarrollo, para instalar planes de negocio que permitan estimular la producción y la comercialización de los viveros. Hoy hay una producción cercana a las 100 mil plantas nativas y se esperan otras 100 mil en germinación que estarán listas a finales de 2021.

Como consecuencia natural de este proyecto, CMPC y las 14 comunidades mapuches han podido velar por la educación y el turismo en la zona; ambas cosas tienen el mismo foco: mejorar la calidad de vida de la comunidad mapuche; por lo cual, al hablar de educación, se han instaurado talleres, tutorías, asesorías y becas mensuales que han permitido el beneficio de 215 jóvenes; una buena noticia para las familias, ya que muchas veces sus hijos, por diversos conflictos, desertaban de sus carreras. En el caso del turismo y aprovechando la rica variedad de bosques y paisajes, se ha mejorado el equipamiento, la infraestructura y la comercialización de algunas actividades turísticas, lo que, en el corto plazo, tendrá como consecuencia el aumento de la empleabilidad.